es una muestra diversa de la riqueza geográfica y biológica de la región, destacando sus paisajes únicos que van desde la costa hasta las zonas interiores. Este valle alberga ecosistemas que han sido moldeados por el tiempo, donde las formaciones geológicas y la biodiversidad son protagonistas. La interacción entre mar, ríos, montañas y humedales crea un entorno ideal para la conservación de especies y el disfrute de la naturaleza
Este santuario, ubicado en Cobquecura, protege el hábitat del lobo marino de un pelo y otras especies marinas. Declarado área protegida en 1992, abarca 250 hectáreas y es hogar de aves carroñeras como el jote y la gaviota dominicana. La Iglesia de Piedra, una formación rocosa impresionante, es un lugar de valor cultural y ceremonial, utilizado tanto por los pueblos indígenas como por la comunidad católica.
Las costas de Cobquecura presentan formaciones rocosas creadas por la erosión marina, como acantilados y cuevas, que ofrecen refugio a diversas especies de moluscos y crustáceos. La Rinconada de Taucú es un excelente ejemplo de estos paisajes, donde los visitantes pueden disfrutar de la pesca y la gastronomía local.
Los humedales costeros, como la Desembocadura del Río Itata y los humedales de Colmuyao y Taucú, son ecosistemas clave para la biodiversidad local, albergando más de 80 especies de aves y varias especies de flora y fauna. Estos humedales, reconocidos como áreas protegidas, son fundamentales para la conservación de la biodiversidad y el equilibrio ecológico.
Cobquecura cuenta con diversas playas ideales para el surf, la pesca y la recreación familiar. Destacan Buchupureo, La Boca y Pilicura, todas con características únicas que las convierten en destinos turísticos populares. La playa Lobería es la más concurrida, ofreciendo acceso al Santuario de la Naturaleza.
Esta reserva de 22 hectáreas está ubicada entre Buchupureo y Cobquecura y ofrece un refugio de biodiversidad nativa. Sus senderos permiten a los visitantes apreciar especies vegetales endémicas como el copihue y el maqui, en un entorno que incluye vertientes y cascadas durante el invierno.
Situada en Quillón, la Laguna Avendaño es un importante destino turístico para deportes acuáticos y recreación. Rodeada por la naturaleza y alimentada por fuentes subterráneas y canales de riego, la laguna es actualmente objeto de estudios para su conservación y reconocimiento como Humedal Urbano.
Ubicados en el sector de Queime, los Saltos del Nitrihue son un conjunto de cascadas cristalinas que caen desde cuatro metros de altura. Rodeadas de aromos y boldos, estas aguas se originan en el río Coyanco y forman parte de un atractivo paisaje natural.
Descubiertos en Ninhue, los petroglifos de Panguilemu son grabados en roca que muestran figuras circulares y angulares. Aunque su origen y antigüedad aún no han sido determinados, estos petroglifos representan una valiosa muestra de la actividad humana prehistórica en la región.